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  • Recibir a un nuevo empleado no es una tarea tan sencilla como habitualmente se piensa, ya que es primordial ofrecerle una inducción adecuada para que se integre y adapte exitosamente a la empresa

    Rubén Onorio

    Hoy en día, se han vuelto comunes y hasta excesivas las quejas en las empresas, acerca del poco compromiso y motivación que tienen los empleados para realizar su labor, olvidándose de la forma en cómo han sido recibidos.

    Cuando se contrata a un nuevo empleado es fundamental brindarle una inducción, tanto de la misión e historia de la empresa como de su puesto de trabajo, a fin de que obtenga éxito en el desempeño laboral. Éste es un proceso que se tiene muy bien definido en empresas de alto nivel, o corporativos que poseen una estructura sólida en su área de Recursos Humanos; sin embargo, en muchas pequeñas empresas se suele cometer el error de ignorar los periodos de inducción.

    En PyMES o empresas familiares es poco común esta práctica, lo cual representa un gran obstáculo para lograr un buen acople y facilitar el rápido desarrollo de las actividades para las que fue contratada una persona.

    La alta rotación de personal, el poco o nulo sentido de pertenencia, la falta de compromiso y de interés en asumir responsabilidades son algunas señales que deben incentivar a los propietarios y gerentes de recursos humanos a replantearse la manera en que se realiza este proceso, acorde con una estrategia de negocio y, especialmente, con la relación que se busca construir con los empleados.

    El curso de inducción, además de significar una gran bienvenida y orientación para que el colaborador enfrente de la mejor forma los desafíos por venir, implica un efecto positivo en el crecimiento de la empresa y sus ingresos. Entre más rápido el empleado logre ser autosuficiente y productivo, más pronto la empresa podrá ejecutar su estrategia de negocio.

    Desde el primer día, el nuevo integrante debe contar con un panorama completo de la organización, así como de sus funciones. El responsable de la inducción tiene que asegurarse de darle una bienvenida que lo haga sentir como en casa, pues esto será determinante para basar su primera impresión acerca de la compañía.

    El curso de “Bienvenido a bordo”, deberá incluir como mínimo los siguientes puntos:

    • Historia, misión, visión y valores de la empresa
    • Organigrama
    • Productos o servicios que distribuye o maneja
    • Clientes y proveedores
    • Plan de trabajo y/o desarrollo
    • Reglamentos o políticas internas
    • Códigos de conducta y seguridad

    También es importante, siempre y cuando existan las condiciones, aprovechar la ocasión y entregar al colaborador algún artículo con el logo o imagen de la empresa, con el objetivo de estimular su identificación con ella, haciéndolo sentir “como parte de” la organización.

    Para complementar dicha inducción, deberá existir un protocolo de presentación durante este primer día, en el que podrá conocer, entre otras cosas:

    • Instalaciones
    • A su jefe inmediato
    • A su equipo o compañeros de trabajo
    • Su área de trabajo, dónde podrá resolver algunas dudas de sus funciones

    Este proceso debe llevarse acabo por lo menos a lo largo de una semana, en la cual se le dará seguimiento al nuevo personal.

    Una vez concluido, se debe realizar una evaluación y retroalimentación con el colaborador, para verificar qué tan productivo fue y de qué manera puede reforzarse esta inducción.

    Dando por hecho que dar la bienvenida a un empleado es mucho más complejo que hablarle de sus prestaciones y presentarlo al resto del equipo, será más fácil hacer de esta inducción una primera estrategia para lograr que se integre mejor y de manera más genuina a la compañía.

    Listado de estrategias para impulsar el sentido de pertenencia en los colaboradores

    1. Reclutamiento efectivo de personal. Significa atraer a los talentos que estén dispuestos a identificarse con los valores corporativos
    2. Comunicación de alta calidad. Preparar mensajes claros y directos acerca de lo que requiere la empresa de ellos y motívalos a marcar la diferencia
    3. Fortalece los lazos laborales. Al abrir espacios sociales recuerda la importancia de los vínculos laborales, se trata de una tarea que debemos reforzar todo el tiempo con un trato humano
    4. Visión a futuro. Asegúrate de que la plantilla laboral comprenda cuál es tu visión de negocio el día de mañana. Provoca su interacción en temas a futuro y recuérdales que su desempeño será elemental para conseguir las metas colectivas
    5. Escucha y atiende. La política de puertas abiertas, pero sobre todo “de oídos y mentalidad abiertos”, son la mejor estrategia para incorporar a los colaboradores en el funcionamiento del negocio. Entablar diálogos puede redituar en propuestas interesantes
    6. Procura a tu gente. Invierte en su educación, crecimiento y desarrollo profesional. No te quedes corto en el tema de capacitación. Un colaborador más preparado es mejor persona, trabajador y, por supuesto, estará más comprometido con la organización

    Fuente: Thierry Gonnet, “Y tú: ¿amas trabajar para tu empresa?”, Forbes,  agosto 26, 2013

     

    Rubén Onorio. Director general de ONESSO, Capacitación y Desarrollo Empresarial.

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    Source: Revista Cero Grados Celsius]]>